Estas líneas son para todos los alumnos y alumnas que alguna vez se sintieron menos peruanos y peruanas por no desfilar en los aniversarios patrios.
"Mi amor por el Perú
No es una razón, no es un sentimiento.
No soy más peruano
cuando visto de soldado
o al desfilar me quedo sin aliento.
Mi amor por el Perú
son todas las razones
y todos los sentimientos
que me dan la certeza de que no seré feliz
en otras tierras ni con otros vientos"
A pesar de que los desfiles escolares oficialmente dejaron de ser parte central de las manifestaciones de amor a la patria, aún no se ha erradicado ese pensamiento militarista que ha obligado a muchos niños y adolescentes a realcionar su experiencia de fiestas patrias con un ¡carajo marchen! y que en nombre de las fiestas por la libertad, se les haya encadenado la voluntad obligándolos a desfilar. Es decir, que lejos de crear en el corazón de los estudiantes un sentimiento positivo hacia las conmemoraciones patrias, aprovechando un momento especial para afianzar sentimientos de identidad, se afecta la volición, estima personal y visión de la patria.
El afecto es el canal por excelencia para comunicar efizcamente toda experiencia cívico patriótica en nuestros niños y adolescentes. Sin embargo, en el interior del país - y también en nuestra capital- aún subsisten voces que en nombre del "prestigio institucional" aún uniforman las voces de los estudiantes y reducen a pasos redoblados una realidad que es más rica y diversa en expresiones de peruanidad.
Por el día de la independencia y la libertad, dejemos fluir libremente mil y una posibilidades en cada institución educativa del país para vivir festivamente desde su propia cosmovisión y condición de ciudadanos libres esta celebración en cada uno de los corazones de los que se sienten peruanos.
"Mi amor por el Perú
No es una razón, no es un sentimiento.
No soy más peruano
cuando visto de soldado
o al desfilar me quedo sin aliento.
Mi amor por el Perú
son todas las razones
y todos los sentimientos
que me dan la certeza de que no seré feliz
en otras tierras ni con otros vientos"
A pesar de que los desfiles escolares oficialmente dejaron de ser parte central de las manifestaciones de amor a la patria, aún no se ha erradicado ese pensamiento militarista que ha obligado a muchos niños y adolescentes a realcionar su experiencia de fiestas patrias con un ¡carajo marchen! y que en nombre de las fiestas por la libertad, se les haya encadenado la voluntad obligándolos a desfilar. Es decir, que lejos de crear en el corazón de los estudiantes un sentimiento positivo hacia las conmemoraciones patrias, aprovechando un momento especial para afianzar sentimientos de identidad, se afecta la volición, estima personal y visión de la patria.
El afecto es el canal por excelencia para comunicar efizcamente toda experiencia cívico patriótica en nuestros niños y adolescentes. Sin embargo, en el interior del país - y también en nuestra capital- aún subsisten voces que en nombre del "prestigio institucional" aún uniforman las voces de los estudiantes y reducen a pasos redoblados una realidad que es más rica y diversa en expresiones de peruanidad.
Por el día de la independencia y la libertad, dejemos fluir libremente mil y una posibilidades en cada institución educativa del país para vivir festivamente desde su propia cosmovisión y condición de ciudadanos libres esta celebración en cada uno de los corazones de los que se sienten peruanos.
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