viernes, 30 de julio de 2010

Huberto Rodríguez maestro con Tradición




Un maestro con tradición






El pasado viernes 2 de Julio, tuve el honor de presenciar la despedida de las aulas escolares- en medio de la sorpresa, la admiración y emoción profunda- del profesor Huberto Rodríguez, quien obligado a cesar por haber cumplido la edad de 70 años y en contra de su deseo debió aceptar la legal llegada de su retiro y para aquella ocasión nos dirigió un magistral discurso de despedida.



Se presentó como un soldado de la patria que había cumplido con su misión de educar a lo largo de más de cuarenta años en diferentes partes del país. Un soldado que combatió la ignorancia e impartió el conocimiento con las armas de la pedagogía y la experiencia que le dio la vida. Agradeció la oportunidad y el privilegio de ejercer la docencia. Se despedía explicando el sentido del magisterio de una manera que mis oídos nunca habían escuchado. Se refirió al apostolado cívico, al amor a la patria que se plasma a través de trabajo en las aulas, y su convicción de que el amor a los símbolos patrios que la representan deben ser honrados con respeto, disciplina y conocimiento. Por eso en el día de su despedida nos hizo ver su profundo amor a la bandera que representa a nuestro país. Se despidió de ella como lo hace un soldado, con una profunda veneración y la besó luego de desplazarse y cruzar el extenso patio al compás de la banda de guerra, con paso marcial que nos conmovióa todos los presentes.


Después de escuchar al colega Huberto sus discursos a voz en cuello tan convincentes, persuasivos y valientes en estos tiempos de temperamentos desligados del tradiconal civismo forjado desde la palabra y el discurso, he redescubierto el valor educativo de los discursos en los patios de escuela. Creo que como cualquier otra herramienta educativa debe saberse utilizar y por supuesto que Huberto lo sabía y por ello convencía a su auditorio. Profesor con buena dicción, timbrosa y añejada voz era todo un orador profesional. La verdad que el colega Huberto nos ha dejado un buen ejemplo de lo que deben ser los dicursos escolares, de ceremonías cívicas, de historias llenas de héroes y heroinas, de pueblos sublevados y llenos de un patriotismo que no deben quedar en el olvido.

Gracias Huberto por tus años de servicio a la educación, por tu caminar a paso de bastón, por tu tradicional forma de enseñar, por contar tantas historias significativas y por tu don de orador patriota. Siempre aprendemos algo nuevo cada día y que bueno que sea también de los "viejos maestros" que demuestran mucha juventud en sus palabras y sentimientos. Se despidió como lo decían sus alumnos "un grande" en medio de pasos redoblados, en medio de la melodía marcial de una banda escolar, besando la bicolor con un gran sentimiento patriótico y aceptando como buen soldado de la educación que era la hora de partir.


Sí amigos y amigas, así se despide un maestro, sin mucha pompa, sin mucha gala pero sí en medio de las personas a quien sirvió. Todos los maestros pasaremos por ese momento, aunque no se si en medio de la ovación y cariño de nuestros alumnos. Huberto lo hizo en la I.E. "Ramiro Prialé Prialé" donde estuvo unos cortos 5 meses, y en esos corto tiempo demostró su gran trayectoria, así lo testimonian sus horas de clase de educación cívica e historia. Hasta siempre Huberto, gracias colega, amigo y gran maestro.




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